martes, 27 de octubre de 2015

Teodora y Justiniano

A los 16 años, Teodora se fugó del circo como amante de un oficial. Ecebolo, su amante, la conservó a su lado por 4 años pero luego la dejó botada y pipona en Egipto. Al parecer el oficial tenía serias dudas en cuanto a la paternidad del hijo que esperaba Teodora.
Teodora, desengañada y triste, optó por refugiarse en la luminosa Alejandría, lugar en el que conoció a Severo, líder de la secta cristiana de los monofisos, quienes creen que Jesús no fue mitad divino y mitad humano, sino que le adjudican a Cristo características completamente divinas.
Convencida sobre esta doctrina, regresó a Constantinopla para trabajar como hilandera en un taller cercano al palacio donde moraba Justiniano, sobrino del emperador Justino y heredero del trono bizantino.
La casualidad quiso que una antigua amiga suya amante del general Belisario (hombre de confianza del futuro dignatario), la pusiera en contacto con las elites aristócratas. En esos ambientes conoció a Justiniano, que quedó prendado por su belleza e inteligencia. De inmediato se convirtieron en amantes y, en pocos meses, Teodora pasaba de los infiernos circenses a la cúspide social como patricia del Imperio Romano en Oriente, a pesar de que existía una ley que prohibía que la realeza y los nobles se casaran con prostitutas, sirvientas o mujeres de orígenes dudosos. Tras haberseles negado en tres ocasiones el derecho a casarse, sobre todo por intrigas de la tía de Justiniano (una arpía fabulosa conocida como la emperatriz Lupino), por fin pudieron contraer nupcias. Tras la muerte del emperador Justino, su pariente accedió al trono y con él su flamante esposa, de 27 años de edad.
Emperador JustinianoEmperatriz TeodoraImperio Bizantinohttp://mujeres-riot.webcindario.com/Teodora_de_Bizancio.htm ENLACE DE DONDE HE SACADO LA INFORMACION